...Había olvidado el color de la tinta, cuando era niño colocaba mis dedos en la almohadilla y dejaba huellas en las paredes...
Ese olor vuelve, pero ensordece con su silencio, parece tinta azul, de verde iluminado y de noche queriendo madrugarle al día, entonces hago fotos amarillas, de las mismas de la canción, perfumadas con eso, con el perfume de fotos amarillas en voces de barítonos entonados en básica armonía, y el resultado es evocar las huellas que ahora conciente, sé que no se dejan en las paredes si no en el aire, en la escencia de la vida, entonces, la tinta hay que regarla, sí, paso a paso en cada milagro de tiempo... Mis parpadeos han de quedar grabados en el aire y mis huellas deberán oler a tinta, envueltos por viento y salados por brisa marina, de mar de montañas, de valles pero sobre todo, de agua de mar.
23 de Enero de 2010.
Hace 14 años